Se refieren a todas aquellas modificaciones que se realizan en el contexto y que aseguran la participación de las personas con discapacidad en la sociedad. En ocasiones, se tiene el prejuicio de que es algo costoso o difícil de implementar; sin embargo, cosas simples o muy sutiles pueden marcar la diferencia.
Se entiende por ajustes razonables, todas aquellas modificaciones y adaptaciones realizadas en el ambiente, necesarias para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Además, tal como lo indica su nombre, son medidas adecuadas que no imponen una carga desproporcionada o indebida a quien las realiza.
Los ajustes razonables pueden ser muy sencillos, por ejemplo, utilizar una letra más grande en un documento, cambiar la orientación de un escritorio o pegar en él una "ayuda memoria" para recordar datos que se utilizan en la realización de una tarea (nombres, números, etc.); pero también, pueden ser cosas más complejas o que requieran de mayor flexibilidad por parte de la empresa, tal es el caso de adaptaciones como la reducción o ajuste de la jornada, cambios de las tareas asociadas al cargo, cambios de espacio físico, entre otras.
Sin embargo, ya sea el caso de ajustes razonables muy simples o unos algo más complejos, lo importante es que estos siempre irán acorde a las posibilidades de la empresa y jamás son algo arbitrario o impuesto, sino más bien son acuerdos que se toman considerando su factibilidad de manera realista. Por otro lado, son fundamentales en los procesos de inclusión laboral, pues aseguran el acceso y participación del trabajador con discapacidad en todo lo relacionado con un adecuado desempeño de su trabajo.
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