Si bien la Ley 21.015 exige, en concreto, la contratación de un 1% de personas con discapacidad, no basta solo con eso, es importante saber cómo llevar a cabo dichos procesos de inclusión. Si bien existen varios indicadores de éxito, acá te contamos 3 cosas que no pueden faltar.
Uno de las primeras claves a la hora de hablar de inclusión, dice relación con aspectos actitudinales, siendo el compromiso y la flexibilidad dos cosas que no pueden faltar. Un empresa comprometida con la inclusión y que la considera como parte de su política interna, tendrá resultados a largo plazo, dejando de ver esto como un proyecto acotado o que responde a un tiempo o personas específicas. A su vez, el estar comprometidos implica flexibilizarse cada vez que existe un requerimiento en torno a los trabajadores con discapacidad, siendo la rigidez un pésimo aliado.
Sin embargo, es importante que los requerimientos antes mencionados estén acorde a la realidad del lugar, y es aquí donde podemos mencionar la segunda clave: los ajustes razonables. Tal como lo dice su nombre, son modificaciones que aseguran el acceso de las personas con discapacidad a un servicio, tarea, actividad, etc. Estos ajustes no deben significar una carga desproporcionada a quien los realiza, sino que deben ser cambios realistas y posibles de llevar a cabo y no deben ser vistos como "beneficios" o "privilegios" para los trabajadores con discapacidad, sino que más bien responden a una necesidad.
Por último, es fundamental que toda la empresa esté al tanto de conceptos que están en la base de la inclusión, para ello, la capacitación es la tercera clave en este proceso. Conocer el lenguaje correcto en torno a la discapacidad, las fases de un proceso de inclusión, entre otras cosas, entrega herramientas concretas a quienes serán parte fundamental de dicho proceso. Los compañeros de trabajo, son quienes suelen pasar más tiempo con el trabajador con discapacidad, son un grupo de referencia y muchas veces, las principales figuras de apoyo. A su vez, las jefaturas son quienes comunican hacia todos los equipos el compromiso de la empresa en materias de inclusión, por lo que manejar aspectos más bien teóricos es una forma de llevar a cabo de manera adecuada un proceso de inserción, siendo muchas veces el desconocimiento en torno al tema, la principal causa de fracasos o experiencias negativas en este sentido.
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