Es una forma de no personalizar todo en los trabajadores con discapacidad y comprender los procesos de inclusión desde la amplitud que se requiere, pues aspectos como el respeto y la valoración de la diversidad, son fundamentales a la hora de hablar de empresas inclusivas.
En algunas ocasiones, los procesos de inclusión laboral dentro de las empresas, se concentran solo en lo que sucede en torno al trabajador con discapacidad. Aspectos como: cuáles son sus funciones, si es capaz de realizarlas o no, qué diagnóstico tiene o qué dificultades presenta, se llevan la atención de todos, sin tener mucha conciencia de que lo importante es saber que se es parte de una empresa inclusiva, por lo que en cualquier momento puede llegar un compañero de trabajo con discapacidad, y que información como su diagnóstico o dificultades, no necesariamente debe ser de conocimiento de todos.
Por otro lado, es comprensible que los trabajadores de una empresa que incluirá personas con discapacidad, quieran o necesiten tener información acerca del proceso de inserción, pues esta necesidad de información generalmente responde a la disposición por participar activamente de dicho proceso y estar disponible frente a posibles necesidades de apoyo por parte del trabajador con discapacidad; sin embargo, esa información no debe centrarse de manera particular o personal en él, sino que deben aludir a aspectos transversales como el respeto, la no discriminación, la valoración de la diversidad, entre otros.
Para lograr conocimientos en este sentido y cambios en las formas en las que nos enfrentamos a los procesos de inclusión, capacitar y formar a todos los trabajadores en estos ámbitos y comprometerlos con esto, suponen una vía directa para lograr el objetivo de ser una empresa inclusiva que entrega oportunidades para todos, más allá de su diagnóstico, condición o situación.