Nos permiten conocernos mejor y por lo tanto, mejorar la relación con nosotros mismos, aceptarnos y desarrollar conductas de autocuidado; sin embargo, ¿son habilidades importantes a la hora de plantearnos ingresar a un empleo?
Las habilidades emocionales se refieren a un conjunto de capacidades que desarrollan nuestro carácter, nuestra personalidad y el concepto de "inteligencia emocional". Un ejemplo de este tipo de destrezas son la autopercepción, regulación, autoestima, confianza, motivación personal, entre otras.
Además, son habilidades que nos permiten adaptarnos de manera adecuada a los entornos, por ejemplo a un empleo, pues gracias a ellas podemos ser conscientes de nuestras fortalezas, de nuestros desafíos, comunicarnos asertivamente, etc., todos ellos aspectos esenciales en un trabajo. Por otro lado, en los contextos laborales, cada vez son más valoradas este tipo de capacidades, pues impactan de manera muy significativa en el ambiente y en las relaciones interpersonales.
Desarrollar las habilidades emocionales tiene grandes beneficios, entre los que se encuentran: disminuir los niveles de ansiedad, mayor empatía, mayor capacidad de reflexión, vínculos de mejor calidad, etc. Además, es algo que se puede trabajar desde muy temprana edad y continuar desarrollando hasta la vida adulta, independientemente de los contextos en los cuales nos desenvolvemos.