Adquirir habilidades de manera previa al ingreso a un empleo, permite alcanzar conocimientos y habilidades esenciales para sentirse efectivos, seguros y cómodos en el lugar de trabajo. En el caso de las personas con discapacidad, existe una gran cantidad de estrategias para desarrollar estos conocimientos y lograr un proceso efectivo de inclusión.
Históricamente las personas con discapacidad han sido infantilizadas y/o privadas de vivir distintas experiencias; sin embargo, al igual que para todos, aprender a través de la práctica, es mucho más útil y significativo.
A la hora de ingresar a un empleo, las personas con discapacidad al igual que cualquier trabajador, deben desplegar una serie de habilidades y conocimientos que les permitan desempeñarse de manera adecuada. En este contexto, no solo las habilidades conocidas como "blandas" tienen importancia, pues también la tienen las competencias que están directamente relacionadas con un empleo específico.
Utilizar un software en particular, programas como Excel o certificarse en el uso de alguna maquinaria, también está al alcance de las personas con discapacidad, siempre y cuando prestemos los apoyos necesarios y llevemos a cabo los ajustes razonables para eso. Es en este sentido, que la formación prelaboral adquiere gran importancia, pues es un espacio preliminar en el desarrollo de todos los insumos necesarios para lograr estas habilidades, por lo que es fundamental trabajar aspectos como computación, matemáticas, lectoescritura, razonamiento lógico, entre otras.
Por otro lado, también es importante confiar en que las personas con discapacidad pueden acceder a estos conocimientos más específicos y desarrollarse en distintos puestos de trabajo, dejando de lado la idea de que los trabajadores con discapacidad solo pueden acceder a puestos de baja calificación, manipulativos o que no requieran de mayores habilidades o conocimientos.