¿Puede una persona con Síndrome de Down tener un empleo productivo? La respuesta es definitivamente "sí".
El 21 de marzo, conmemoramos el día internacional del síndrome de Down. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre la inclusión, los derechos y el acceso que tienen las personas con síndrome de Down a participar activamente de la sociedad. A través de fechas como esta, se intenta visibilizar no solo sus capacidades, sino también las barreras a las que se ven enfrentados, siendo una de las principales barreras, el desconocimiento.
Es común escuchar que dependiendo del tipo de discapacidad, una persona puede o no puede realizar una tarea específica y así llegamos a premisas que luego se convierten en mitos. "Los niños con síndrome de Down son tiernos", "necesitan trabajos simples", "se cansan mucho" y una serie de afirmaciones más, se han ido instalando en la sociedad, convirtiéndose en estigmas que desincentivan cualquier intento por incluir.
Las personas con Síndrome de Down, al igual que cualquier otra persona, antes que un diagnóstico, es una persona con intereses, habilidades, preferencias y características personales. Es por ello, que un empleo debiese responder a dichas características y en ningún caso a un diagnóstico. Esto, sería parecido a que existiesen empleos para personas con diabetes o con hipertensión, a personas altas o bajas, siendo lo realmente esencial los ajustes, cambios o apoyos que requiere una persona con una condición específica para desempeñarse en un trabajo.
Un trabajador con síndrome de Down puede requerir ajustes razonables, por ejemplo, un computador con ciertas características, usar recordatorios o algunos cambios en la ubicación espacial de ciertos objetos, pero no necesita un empleo especial ni hay trabajos en específico que puede o no pueda realizar producto de su diagnóstico. Es por esto que al momento de llevar a cabo procesos de inclusión laboral, es primordial conocer el puesto de trabajo y las exigencias del mismo, a la vez que conocer al postulante, sus habilidades, intereses, necesidades de apoyo y capacidades, las que siempre resaltarán más que cualquier discapacidad.
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