Este concepto relativamente nuevo, se refiere a la variación natural entre un cerebro y otro en las personas, dando espacio a las diferencias como una característica propia de estos.
La mayoría de las personas, presenta un desarrollo neurológico que comparte similitudes, y que más allá de las diferencias personales, puede considerarse un desarrollo "típico", siendo denominados "neurotípicos"; sin embargo, entre un 15 y un 20% de la población, presenta un desarrollo neurológico diferente a la mayoría, denominándose "neuroatípicos" o "neurodivergentes". Entre ellos, están las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), dislexia, Trastorno de Déficit Atencional (TDA), Sindrome de Tourette (ST), entre otros.
Es importante mencionar que tener un pensamiento neurodivergente no es sinónimo de tener discapacidad y no implica necesariamente presentar dificultades en ciertas áreas, sino más bien, son términos que surgen como una forma de describir de una mejor manera el funcionamiento de las personas, para poder así anticiparnos a las posibles barreras del ambiente y hacerles frente, entregando a cada uno los apoyos que requiere, siendo este el foco y no el diagnóstico en sí.
El término "neurodivergencia" normaliza las diferencias como parte del funcionamiento humano, y da visibilidad a quienes procesan la información de una manera diferente o interactúan con el medio de una forma distinta, validando también que no existe una forma única o correcta de hacerlo.
Volver a actividades