Establecer rutinas y estructuras claras, es una estrategia útil para todas las personas. En el caso de niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, estas pueden ser de gran ayuda en ambientes como el colegio, la casa o el trabajo, por lo que luego de un período extenso sin ellas, como las vacaciones, es fundamental contar con estrategias para retomar las actividades con normalidad.
Resulta difícil volver a conectarse con las rutinas luego de un período sin ellas. Aspectos como los horarios para acostarse o comer, los tiempos de descanso o las horas de sueño, se ven inevitablemente trastocadas en períodos como las vacaciones.
Si bien es recomendable tener temporadas de mayor flexibilidad, también lo es retomar las rutinas cuando corresponda, debido a que estas nos permiten anticiparnos y enfrentar con menos ansiedad y/o estrés las actividades cotidianas.
En el caso de las personas con discapacidad intelectual, muchas veces las rutinas representan un espacio seguro que les permite conocer de antemano lo que deben o van a hacer, los cambios que se pueden presentar en el día, los tiempos de ejecución de las distintas actividades, etc., a la vez que organizarse, lo que también genera mucha seguridad. Es por eso que luego de un período en el cual las rutinas han estado algo abandonadas, es recomendable retomarla a través de estrategias como:
Cabe destacar que todos estos materiales también contribuyen a la autonomía de la persona con discapacidad, por lo que es fundamental saber qué les resulta más útil o qué prefieren, para ser ellos mismos quienes puedan decodificar la información contenida en ellos.
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