Es un agente fundamental en los procesos de inclusión laboral, pues no solo se encarga de prestar los apoyos necesarios al trabajador con discapacidad, sino que asesora a toda a la empresa; sin embargo, hay múltiples interrogantes en torno a su figura.
Es común encontrarse con una duda recurrente al hablar de inclusión: "¿será la persona con discapacidad capaz de desempeñarse en un empleo específico?"; sin embargo, las interrogantes debiesen apuntar al contexto y no a la persona en sí, reemplazando esas preguntas por otras más útiles y significativas, como: "¿qué apoyos necesita la persona con discapacidad para desempeñarse de manera adecuada en un empleo?"
Desde las perspectiva de los apoyos, hay una figura que tiene una especial relevancia en los procesos de inclusión: el preparador laboral. Este es el encargado de prestar los apoyos que se requieren, realiza un trabajo directo con la persona con discapacidad, y a la vez, asesora y orienta a los entornos laborales.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que si bien el preparador laboral es la cara visible en una empresa, detrás siempre hay un equipo de trabajo, con el cual se comparten y evalúan aspectos como: qué apoyos son más adecuados dependiendo de la persona, del entorno y del trabajo, qué aspectos se pueden mejorar o requieren cambios, cuáles son los próximos pasos, etc. Este trabajo en equipo, resulta más importante aún, si consideramos que además el preparador laboral es un experto en temáticas de inclusión, y debiese manejar, además de lo técnico, temáticas como: beneficios comunitarios a los que puede acceder una persona con discapacidad, ayudas técnicas, grupos de apoyos, y todo aquellos que lo pueda favorecer y apoyar en su desarrollo.